6 de marzo de 2013

Comentario por su autor de la marcha "Por testigo, la Giralda"





Juan Carlos Ocaña Muñoz es compositor y Director Titular de la Orquesta Sinfónica de Algeciras. Recientemente ha concluido su marcha "Por testigo, la Giralda", dedicada al encuentro de las dos Esperanzas de la Madrugá en el interior de la Catedral en 1995. Ésta es, en sus propias palabras, la descripción de lo que esta pieza representa:
 

Aunque se trata de una marcha procesional, la obra está compuesta con arreglos para banda y también para orquesta sinfónica. La marcha comienza con una introducción que interpretan el bajo y el oboe, cuya melodía representa la solemnidad y el recogimiento de la música de capilla en el interior de la catedral, en el momento en el que las dos Esperanzas de Sevilla se encontraron aquel 14 de abril de 1995 durante su estación de penitencia. A continuación, suenan siete campanadas que marcan las siete de la mañana, hora a la que tuvo lugar este hecho histórico. Después, comienza el tema principal de la obra, al que se van sumando el resto de los instrumentos de forma progresiva y que van describiendo por sí mismos cada uno de los momentos de la salida de la catedral de la Esperanza de Triana y de su cercanía al pueblo en la Plaza Virgen de los Reyes. Posteriormente, con el cambio de tonalidad, comienza la melodía que representa a la Macarena, al cruzar la puerta del templo y coincidir en la mencionada plaza junto a la otra titular. En ese momento, a ambas melodías se va sumando otra más que representa, por un lado, la emoción y la magia de dicho momento histórico y, por otro, la música de las dos bandas que acompañaban a sus respectivas Señoras y que iban intercalando sus intervenciones musicales. Todo ello culmina inmediatamente después con unas pinceladas del himno de Andalucía, que representa al pueblo andaluz en pie contemplando cómo ambas Esperanzas salen prácticamente de la mano de la catedral de Sevilla. La obra culmina con los dos toques de aviso del capataz, para que los costaleros efectúen una 'levantá', y con los tres golpes en el llamador, que marcan el final de la pieza.

Juan Carlos Ocaña Muñoz


 

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